viernes, 14 de diciembre de 2012

Fútbol e identidad: ¿Qué hago yo aquí?

Por Lolo Romero

Las pasiones irracionales pertenecen al mundo de lo desconocido. Por más que se afanen en descifrarlas químicos, filósofos, terapeutas o, principalmente, los mismos que las disfrutan y/o padecen, su naturaleza pertenece siempre a algo oculto, a un pequeño resorte que se activa de modo inexplicable. No hay, por ello, una explicación satisfactoria para algo tan aleatorio como la elección de ese alguien con quien deseamos –con toda urgencia y entusiasmo- compartir buena parte de nuestra vida. No existen tampoco motivos claros para la obsesión, para el temor, para el trauma. Son todos ellos sentimientos que aparecen sin que nos demos cuenta; que nacen, crecen y se desarrollan para convertirse así en una huella indeleble que nos acompañará siempre.

A este mundo de la sinrazón pertenecen también las simpatías y las afinidades, las voluntarias adscripciones “pro” y “contra” a las diferentes opciones que gradualmente se nos van presentando. Y es así, casi sin darnos cuenta, como vamos definiéndonos, delimitándonos, dándonos forma de una manera tan inconsciente que nunca tenemos la impresión de haber participado plenamente en el proceso. Una de estas grandes pasiones, irracional e incoherente como pocas, pero global y encendida como casi ninguna, es la desencadenada por un juego del que hablaremos –azar mediante- largo y tendido en este espacio. Un juego, el fútbol, en el que de hecho existe mucho más de pulsión, de vibración, de impulso, que de racionalidad y calma.


Obviemos por un momento a los grandes protagonistas de esta pasión que nos ocupa. Olvidémonos temporalmente de los futbolistas que tienen en el balón su pasaporte hacia el éxito, de los abnegados profesionales que mudan esa piel de tela que llamaron camiseta según el ciclo natural que marcan los aumentos y los contratos. Para entender la fe inagotable y sin sentido, la identificación plena con algo tan abstracto que quizá no posea siquiera identidad, debemos fijar nuestra atención en la grada, en ese ágora posmoderno donde los polos opuestos, partidarios y detractores de cualquier causa, enemigos irreconciliables y sujetos de toda calaña confluyen voluntariamente para compartir lo que nunca imaginaron que pudiera ser vivido con otros.

¿Define verdaderamente nuestra identidad el escudo que cada domingo llevamos pegado al pecho? ¿Existen motivos fundados que nos lleven a idolatrar a los once desconocidos que visten nuestra camiseta y a repudiar intensamente a los que en su día decidieron amar otra? ¿Representan valores reales las empresas que amablemente calificamos como clubes? El cantante Nacho Vegas, sportinguista acérrimo y antimadridista convencido, trataba de explicar en Líbero (NºII) el porqué de su fobia: «El antimadridismo es un sentimiento muy grande que no te cabe en el corazón y que hay que tomarse muy poco en serio, como casi todo lo que tenga que ver con el fútbol. Surge como rechazo a un tipo de juego sustentando en valores como la arrogancia, el macarrismo o el desprecio al rival. Hay épocas en las que el antimadridismo puede mostrar un perfil más bajo, como en los años de la Quinta del Buitre, que aunque era como ver jugar a la cúpula de las Nuevas Generaciones, al menos eran educados. Pero nunca hay que fiarse».

En la otra cara de la moneda, el crítico de cine Carlos Boyero nunca ha ocultado su extrañamiento al cumplir con la habitual ceremonia de acudir al estadio y contemplar a una masa enfurecida que parece no compartir con él nada que no sea la famosa camiseta blanca. Ovaciones cerradas a la entrada en el palco del líder conservador, grupúsculos nazis con «querencias vintage», aroma a puro caro y reflejos de gomina sobre los gabanes; charlas de toros y toda la parafernalia común a los hijos de la caspa y del exhibicionismo rancio que define a los verdaderamente ricos y a quienes darían la vida por serlo. ¿Lugar y sentimiento equivocados? Muy probablemente. ¿Solución? Ninguna. Las pasiones, por penoso que sea, no se eligen, y como último remedio sólo cabe convivir con ellas.

Sólo desde este punto de vista puede explicarse por qué Alejandro Echeverría, director de la Fundación Francisco Franco, posee la pertinaz característica del amor por el blau y el grana. Ejemplo éste agravado por los lazos familiares que le unen al liberador mesiánico Joan Laporta, con quien nos gusta imaginar que entre regate y regate de Messi discute sobre el derecho a decidir, el pacto fiscal, la puta y la ramoneta. Tirando del hilo, al histórico Bolonia debían sus dominicales inquietudes Benito Mussolini y el arrepentido comunista Lucio Dalla. Del Sevilla son el exdirigente de Fuerza Nueva José María del Nido y una buena parte de los redskin que pueblan las calles hispalenses. En el vetusto San Mamés podrían convivir sin reparo el torero jerezano Juan José Padilla, el popular Antonio Basagoiti, el delfín frustrado Joaquín Almunia, el ínclito Torbe –quizás les resulte familiar el nombre- y miles de simpatizantes y afiliados abertzales. Un totum revolutum global que sólo puede darse cuando por medio se erigen banderas situadas más allá de las siglas y los credos.

Es por ello que conviene, quizás, huir de las etiquetas y comprender que existen elecciones que no dependen de nosotros mismos. Una mirada furtiva en un bar, la resonancia de un miedo pasado, el partido al que vas de la mano de tu gurú más querido, una canción oída en la radio de un coche, la indigestión casual y el cólico terrible nos definirán para siempre, como si al final sólo fuéramos convidados de piedra en una obra de la que, a la vez, somos únicos protagonistas.

Así que ya saben, si sufren la desazón y el inmenso placer de la pertenencia, si se abandonan al gregarismo aun sin sentirse en su lugar y están dispuestos a compartir alegrías y pesares con una masa de desconocidos, háganlo sin remordimientos. Nunca estuvo en sus manos. Céntrense en el inmenso placer del césped cortado y la comunión colectiva, de ese teatro en el que nos gusta creer y en el que durante noventa minutos nos inflamos de opio. Al fin y al cabo, nunca o casi nunca podemos elegir a los compañeros de viaje, y aun así seguimos avanzando. Abandónense y disfruten, sientan como absurdamente el mundo se suspende en un segundo fugaz; en ese momento ansiado en el que un silbato termina y comienza todo.

Fuente: http://www.futbolrebelde.org/blog/?p=3052

martes, 11 de diciembre de 2012

Fútbol Negocio y el juego con los corazones…


Todo empezó cuando mi abuelo el 5 de septiembre de 1993 me invitó a sentarme con él a ver el partido Argentina Vs Colombia que se llevaría a cabo en el Monumental, en ese tiempo yo ni entendía qué era “monumental”, qué era una selección nacional, pero con su amor me empezó a explicar: – Mira, los de amarillo representan este país, los de azul y blanco representan otro país, llamado Argentina, ahí el objetivo es que los de amarillo metan el balón la mayor cantidad de veces entre ese cuadrito de allá, eso sí sin dejar meter el balón en la cajita de acá, señalándome el televisor – yo simplemente me senté y veía que mi madre, padre, abuelos, y tía estaban ahí sentados, con cara de estrés, de nerviosismo, yo no entendía por qué tanto alboroto, hasta que empecé a aplicar el principio que mi abuelo me indicó y de un momento a otro mis gritos, mis pequeños gritos se tornaban en – ¡No, no, ahí no! – desde ahí pensé en que eso estaba muy interesante y aún más cuando coincidía en que mi abuelo cuando se cubría la cara con su chaqueta vino tinto larga, los de amarillo hacían gol… ahí le puse una regla más a lo que mi abuelo me había explicado, y empecé: - ¡¡Abuelo tápate la cara, quiero otro gol!! – G O L… una palabra nueva en mi vocabulario a los cinco años…

Luego el abue me llamaba a sentarme con él pero para ver los partidos de un equipo, esta vez, vestido de blanco como con visitos verdes y rojos, me explicó, este es el Caldas, como él acostumbra a decirle, y es el equipo que representa la ciudad de donde somos tus abuelos, tu madre y tía… ¡¡entendí!! Las veces que siguieron siempre tomaba del cuarto de ropas un trapo blanco, o más bien un pañal de tela de los bebés que cuidaba mi abuela, y  me lo ponía en el cuello, todo por invocar L O S C O L O R E S… otro concepto que ahora entiendo más que nunca…

El tiempo pasó y  mi interés por el fútbol empezó a ir más allá, las ganas de conocer cómo un deporte que mueve tantos corazones tiene relación con la vida cotidiana y aún más las de las naciones mismas… empecé a rodearme de personas con el mismo interés de descubrir lo ya descubierto… El Fútbol es la representación de la sociedad, y las hinchadas aún más…

Ahora, sentarme a mirar ese inicio, y ver actualmente como juegan con los fanáticos del fútbol, los hinchas, me ofende, sea del equipo que sea, sean de los colores que sean, me indigna como se juega con el corazón de tantos que encuentran en el fútbol el espacio, el contexto, indicado para que esa bomba llena de sangre que está en nuestro pecho lata y lata más y más rápido…

Dice Galeano, “La historia del fútbol es un triste viaje del placer al deber. A medida que el deporte se ha hecho industria ha ido desterrando la belleza que nace de la alegría de jugar porque sí”… ¡¡Que grande es este hombre!!... resumió todo lo que siento ahora, y lo que sienten muchos fanáticos por la pelota… si nos ponemos a pensar en el futbol colombiano no queda más que dar un suspiro y decir… ¡deje así ... no nos vayámos al extranjero, miremos acá, lo de la tierrita… multinacionales comprando o patrocinando equipos con tal de borrar algo de la mala fama que tienen, caso como Anglo Gold Ashanti o la misma Pacific Rubiales con la Selección nacional… Kenworth de la Montaña con el Once, Ardila Lule con Nacional y ahora Alianza Petrolera… y... ¿Se podría catalogar como multinacional a los cientos de narcotraficantes que han ensuciado el fútbol y que ahora lo han vuelto intocable por parte de los hinchas?... porque ahora el hecho de ser hincha se limita a pagar la boleta y callar, porque si opinas o levantas la voz un momento, hasta los mismos que se dicen llamar hinchas te mandan a callar…

Si se hiciera el ejercicio de tomar cada equipo de futbol de la liga profesional colombiana, solo por empezar, y se tomaran los nombres de los directivos, y se hiciera una pesquisa en las redes sobre quiénes son, qué han hecho, etc… ¿con qué nos encontraríamos?

 
Fanáticos del fútbol, no me voy a poner a adentrar en detalles de los equipos en estos momentos, pero solo les digo: ¡¡HAY QUE HACER UN ALTO EN EL CAMINO!! El fútbol es nuestro, es de quienes lo vivimos, de quienes lo sentimos, no dejemos que vengan unos fulanos a llenarse los bolsillos con nuestros sentimientos, con esas pertenencias que tenemos hacia una u otra escuadra… eso de dejar que hagan lo que quieran es como que le metan a uno el dedo a la boca, con la mano sucia y uno feliz… es hora de reflexionar y de decir si realmente vamos a seguir aportándole al modelo de Fútbol Negocio que nos vienen imponiendo y que con caras de “en las malas mucho más” seguimos patrocinando… la cuestión no es abandonar, la cuestión es luchar por lo que amamos… nuestros equipos, las historias que estos tienen… tampoco se puede llegar a ser tan conformista, como leí por ahí hoy, donde decían unos americanos “si me has llevado trece veces al cielo, por qué no acompañarte dos veces al infierno”… ¡¡señores, señoras, damas, caballeros, jóvenes, niños!! Como quieran… ¿Qué pasa?... no se puede caer en lo que dice la biblia, posición que no comparto, “poner la otra mejilla”… eso es una apología a la alienación y al maltrato… A L T O compañeros de fútbol… es hora de mirar atrás y exigir por el sentimiento original, el de adentro, el que nace con un latido suave y termina con ganas de estallarte el corazón… no nos dejemos manosear más, así unos cuantos  nos quieran vender la idea que le venden a las parejas en los matrimonios.. “en la salud y en la enfermedad”… porque la muerte del fútbol por el fútbol no es natural, es animada por los del maletín, los del billete… no más alienación futbolera, si pudiéramos llamarle así, luchemos por lo que amamos, ¡insisto!...
 


domingo, 30 de septiembre de 2012

José Garriga, Antropólogo: “La pobreza explica la violencia en el fútbol”


Por Rodolfo Gonzales Arzac

José Garriga Zucal, doctor en antropología y autor de “Haciendo amigos a las piñas”,  está convencido de que el poder político ignora la racionalidad que se esconde detrás de la cultura del aguante de las hinchadas. Dejamos una entrevista realizada a dicho personaje con el fin de entender un poco mas a fondo la problemática violenta de las barras en Argentina.

José Garriga Zucal tiene 33 años. Y pasó buena parte de los últimos diez en un paraavalanchas. Tomó cerveza, paró en las plazas y viajó por el país con los miembros de las hinchadas de Colegiales y Huracán. Garriga Zucal esquivó golpes y balas. Y, sobre todo, escuchó. Garriga Zucal es licenciado, magíster y doctor en antropología, y también investigador del Conicet. Todo ese tiempo en el campo de batalla le sirvió para elaborar distintos trabajos sobre la violencia y las redes sociales de una hinchada de fútbol, para convencerse de que el fútbol debería volver a ser una fiesta y para aprender cuáles son las piezas medulares del asunto.

–¿En qué cree que se equivocan las autoridades cuando abordan la violencia en las hinchadas de fútbol?

En muchísimas cosas. Pero principalmente en que no comprenden la racionalidad del fenómeno. Piensan que es una cuestión de locura, sinsentido, sinrazón, entonces lo tratan como eso. Si entendieran que el fenómeno violento tiene raíces culturales, que es un fenómeno social vinculado con la cultura del aguante, se puede trabajar desde esa óptica. Las autoridades lo que piensan es: “Éstos son todos locos”. No son locos. Los tipos tienen una racionalidad absoluta de todo lo que tiene que ver con el combate, el enfrentamiento y la lucha. Tiene una lógica clarísima para ellos. Una lógica que a nosotros nos resulta completamente ilógica. Pelearse es una forma de ganar prestigio, reputación, una forma de formar parte de una red de relaciones sociales. Es común pensar que la violencia excluye del mapa social. Bueno, en este caso incluye.

–¿Por qué piensa que es posible ordenar o arreglar el problema?

–Porque es un fenómeno social que se fue construyendo. El fútbol no tenía estas particularidades tan violentas y vinculadas con la cultura del aguante, se fue construyendo. Y se puede deconstruir. Es dificilísimo. Pero se puede.

–¿Y por qué razones piensa que el problema tal vez no tenga solución? 

–Porque la construcción que permite la violencia en el fútbol y la cultura del aguante está sumamente solidificada. Y tiene que ver con la interrelación de un montón de actores: los dirigentes, la policía, el resto de los espectadores, los periodistas, los jugadores; todos construyeron un espacio donde la cultura del aguante es legítima, donde un montón de gente vive de eso. Hay que trabajar en un montón de áreas al mismo tiempo y eso es complicado.

–¿Y por qué cree que surgió esta cultura del aguante en las hinchadas?

–La cultura del aguante emerge ahora porque aumenta la pobreza, aumenta la desigualdad y aumenta la desocupación. Los grandes valores de la sociedad están en crisis y la violencia tiene una posibilidad de constituirse como un lugar identitario importante. Cuando el trabajo era un lugar donde uno se construía como sujeto, cuando la familia reproducía una cierta cantidad de valores, cuando el Estado –a través de la escuela, al menos en el imaginario– permitía el ascenso social, esta idea de que a través del aguante uno puede ser alguien era más difícil de construir.

–En su libro, describe una evolución de la cultura del aguante. Habla de la vieja escuela y de la nueva escuela.

–Hay un cambio en lo que está permitido en la moral de la hinchada. Hace diez o quince años dispararle a un rival era un acto casi de cobardía. Y las hinchadas cantaban: “Tiraste tiros, sos un cagón”. Hoy las hinchadas cantan: “Los tiros que vos tiraste van a volver”. La violencia antes estaba más vinculada con un tipo de masculinidad respecto de quién es más macho, ahora está más vinculada con la resistencia. Hoy el más macho es el que resiste un tiro, o el que no teme que le disparen. Antes, los fierros sólo se usaban para cuidar las banderas. Hoy, en un enfrentamiento de hinchadas, lo primero que hacen es disparar.

–¿La clave del fenómeno es el acceso al poder?

–Para entender por qué alguien quiere ser miembro de una hinchada hay que pensarlo en dos dimensiones: una que tiene que ver lo instrumental, otra con lo moral. Desde lo instrumental, ser miembro de una hinchada es poder acceder a ciertos recursos: consiguen trabajo, auxilios varios. En un mundo de inestabilidad, ser parte de la hinchada da cierta estabilidad. Pero también hay una cuestión moral: para muchos jóvenes ser miembro de la hinchada es volverse una persona prestigiosa. La violencia genera un nivel de fascinación.

Ahora, después de tantos años, José Garriga cambió de oficina. Ya no mira a las hinchadas desde sus entrañas. Ahora investiga la violencia policial. Y se lo ve seguido por una comisaría bonaerense, tomando notas y mates, sumergido en otro mundo áspero de códigos bravos.

–¿Si los policías hablan de las hinchadas? No. Para los policías, las barras bravas no son un tema muy importante. No hablan de eso. El único comentario es que la pasan muy mal. Hablan, por ejemplo, sobre cómo los escupieron durante un montón de horas. Sólo de esas cosas.
“Haciendo amigos a las piñas”, pero con acento académico


Haciendo amigos a las piñas es la tesis de maestría de José Garriga Zucal en el Instituto de Altos Estudios Sociales de la Universidad Nacional de General San Martín. Fue publicada por Prometeo Libros tras ganar un concurso de investigaciones. Le llevó años y años de ir los miércoles a la sede social de Huracán. Años de hablar en las esquinas del barrio con los miembros de la barra brava del Globo, de viajar a donde sea para acompañar a la hinchada, de observar el tejido social que se construía alrededor del grupo.

El libro, que respeta los estándares de la investigación académica y social, se lee, sin embargo, de un tirón. Luego es difícil olvidar a Coco, a Rambo, a Lito, a Perro, a Pedro y a tantos más que se quedan dando vueltas en la cabeza del lector: humanizados, gallardos, terribles y violentos; negociando con las autoridades, con la dirigencia, intercambiando favores, planificando las venganzas y las demostraciones de valentía, dando la vida por el compañero, poniéndole el cuerpo a un mundo feroz.

La reflexión a la que llega Garriga Zucal se inscribe en los estudios sobre la cultura del aguante en las hinchadas de fútbol, como un complejo tejido de moralidad. Una idea sobre la que profundizó con el equipo de investigadores del Instituto Gino Germani que encabeza Pablo Alabarces.

El trabajo, al fin, lo marcó a fuego. Para Garriga Zucal la violencia ya no es lo que era, y nunca más lo será. Garriga Zucal consiguió por su investigación un lugar en el Conicet. Y también se ganó unos cuantos problemas familiares. Porque cuando llegó a Parque Patricios, la primera vez, Garriga Zucal era bien hincha de River Plate. Y ahora todos saben que un globito se le metió en el cuerpo. Y parece que ya no se va a salir de ahí.

Fuentes: http://www.futbolrebelde.org/ - http://hinchasantifascistas.blogspot.com/

martes, 11 de septiembre de 2012

39 años después: Un análisis sobre el fútbol como temática de estudio en las Ciencias Sociales


El golpe de estado y posterior Dictadura que afectó a Chile durante 17 años marcó profundamente a nuestra pasión, el fútbol.

Pocas investigaciones abordan directamente lo sucedido durante esa época con el balompie, pero son muchos quienes comentan sobre supuestos sucedidos en el periodo sin más fundamento que el comentario.

Textos como Goles y Autogoles de Daniel Matamala, “Crónica de un encuentro: Fútbol y Cultura Popular” del gran Eduardo Santa Cruz o A Discreción de Carlos González L. y Braian Quezada, nos han acercado de mejor manera a lo sucedido en el periodo y como, durante la Dictadura, el fútbol fue considerado más que los 22 imbéciles corriendo tras una esfera.

Siempre es bueno observar desde diversos focos la realidad de un periodo, y particularmente uno como este.

El desarrollo de la identidad nacional en Chile fue tarea de los historiadores, así como en México de los antropólogos. Pero en el caso del fútbol, el desarrollo de su historia en el país, como temática de estudio, ha sido abordado principalmente por el periodismo (Con Edgardo Marín como estandarte), síntoma inequívoco de la valoración académica que posee este deporte.

La realidad nos indica que, si bien el periodo ha sido abordado ampliamente desde las disciplinas sociales en diversos ámbitos, el del fútbol destaca por su casi nulo desarrollo. Desde las escuelas de pensamiento y los círculos académicos, el balompie siempre ha sido observado con recelo, desechado e invalidado sistemáticamente -Al parecer muchos de estos intelectuales fueron “lerdos” con los pies cuando pequeños y sufrieron de la burla constante de sus amigos, situación que les infundó un odio enconado con la pelota-,

Discutir la validez del fútbol como elemento de análisis sociológico, Histórico, pedagógico, económico, cultural y hasta político parece a esta altura del partido, una pérdida de tiempo.

Elemento fundante de la identidad sudamericana durante el siglo XX, cultural y socialmente transversal. El fútbol ha sido piedra en el zapato, herramienta efectiva para el control de masas, catapulta de campañas políticas, instrumento de imagen para regímenes autoritarios y hasta política de estado. Pero también el fútbol  ha servido a la gente para demostrar su alegría, descontento y diversos sentimientos. Como ‘Hecho social total’ el fútbol es abordado analíticamente, identificando cada uno de sus componentes (Espectáculo, Actividad física, social, económica, etc.) y se caracteriza por brindar, en cada una de sus aristas, realidades eminentemente empíricas.

La trivialización del fútbol desde el mundo académico ha creado un prejuicio difícil de sobrellevar para quienes deciden abordarlo desde la academia. Siempre está el “que dirán” y el desprecio desde la intelectualidad para con el fútbol como temática valida de investigación. Este complejo ya inserto en el ADN del espacio académico, se contrapone al cómo se valoran temáticas que a la luz de la realidad social, son mucho menos reales y trasnversales, principalmente las expresiones que son catalogadas dentro de la alta cultura, como el teatro, la música docta y la pintura por ejemplo (No la pintura popular ni el arte callejero, los cuales tampoco constituyen temáticas valoradas).

Como elemento de ascenso social vertiginoso, constantemente gran parte de la sociedad critica, descalifica e invalida a quienes, tocados por la varita del talento, han sobrellevado desde la nobel niñez el peso de ser futbolista. La valoración social que se le da a quienes ejercen de manera profesional el deporte contrasta claramente con la admiración y envidia que provocan en la gran mayoría.

En un mundo actual, marcado por la individualidad, el consumo y la ostentación (herederos directos de lo sucedido 39 años atrás) el futbolista se eleva como estandarte del modelo. Si no eres bueno con la pelota, estás obligado a estudiar y trabajar. Pero Quién repara en la felicidad que se siente al entrar al gramado y hacer lo que amas? Nadie se detiene algún momento a pensar que ellos hacen lo que siempre han querido, y en realidad todos hemos querido, simplemente jugar al fútbol.

Para quienes no tenemos el don y las articulaciones se mueven más lento que lo necesario, está la galería. Elemento fundante de la identidad latinoamericana en conjunto con el potrero (Cancha pública, calle, pasaje, plaza, parque, campo o sitio baldío, todos al final son potreros) la galería, la popular, es el espacio donde se conjugan elementos propios de diversas identidades, las cuales producen a su vez 3 identidades generales; El Barra, el hincha y el espectador.

La validez que el balompie posee y sus ricas y diversas características, lo hacen una temática digna de ser abordada, pero a su vez reflejan el pobre nivel de realidad que afecta a la academia, lo cual se traduce en una cada vez más constante desvaloración por parte de la sociedad civil. Lo bueno de esto es que en la actualidad se han abierto cada vez mayores espacios para el desarrollo intelectual para con el fútbol y textos, como los nombrados arriba, son fiel reflejo de ello.

La tarea para los nuevos humanistas es diversificar la temática, ampliar el foco y abrazar, sin prejuicios ni tapujos al fútbol como elemento de análisis válido e importante de abordar. Tanto por sus diversas aristas como también por su cercanía con la realidad.

Quién de ustedes, aunque sea una vez en la vida no ha pateado un balón, puteado a un infractor o aplaudido al talentoso?

Fuente: http://futbolismos.blogspot.com/
También en: www.futbolrebelde.org

11 de Septiembre... Para no Olvidar!!


Hace unas semanas la FIFA negó la solicitud de la Federación de Fútbol de Chile de cambiar la fecha del partido ante Colombia, previsto para este martes 11 de septiembre, por las eliminatorias al Mundial. En la fecha se conmemora en el país austral el aniversario del golpe militar de Augusto Pinochet contra el gobierno de Salvador Allende, y suele haber fuertes protestas.

La FIFA desestimó la solicitud argumentando mantener la “equidad deportiva” y la imposibilidad de afectar el calendario internacional previamente estipulado. La máxima autoridad del deporte más popular del mundo ignoró las implicaciones de la fecha, como también lo hizo en ese 1973 que se recuerda.

Para Chile, el 11 de septiembre es más que una simple fecha en el calendario. Ese día se le causaron a la nación austral muchas heridas aún sin cicatrizar. En 1973 se produjo el sangriento golpe de Estado que acabó con la primera experiencia de un gobierno socialista instaurado por victoria electoral, el de la Unidad Popular de Allende. Y abrió paso al régimen militar de Pinochet, que dejó miles de ejecutados, desaparecidos y exiliados, así como también hizo de Chile un modelo de Estado neoliberal y autoritario que luego se reprodujo en otros países de la región.

Pero el 11 de septiembre de 1973 no sólo cambió de tajo la política chilena. También se afectó el calendario futbolístico internacional. Chile debía jugar el "repechaje" al Mundial de Alemania ’74, nada menos que ante la Unión Soviética.

El partido de ida se jugó el 26 de septiembre, a sólo dos semanas del golpe en Chile, en el Estadio Lenin de Moscú, donde se decretó un frío cero a cero. Todo se debía definir en la revancha, programada en Santiago el 21 de noviembre.

Pero en Santiago, en los días posteriores al golpe, el Estadio Nacional se empezó a usar como campo de concentración a donde eran llevados por los militares cientos de detenidos. Además, la Unión Soviética rompió relaciones diplomáticas con Chile, tras conocer el desarrollo de los acontecimientos en aquel septiembre.

Según registró el periodista Pablo Aro Geraldes en un reportaje sobre el episodio, una comisión de la FIFA, acompañada de directivos de la Federación de Fútbol de Chile, visitó el escenario, recorrió la cancha y dictaminó que el estadio era apto para jugar. La comitiva estuvo integrada por el brasileño Abilio D’Almeida, vicepresidente, y el suizo Helmuth Kaeser, secretario general. Arribó a Chile el 24 de octubre y se quedó 48 horas en Santiago.

Pese al visto bueno de la FIFA, los soviéticos se negaron a viajar a Santiago, en repudio a la dictadura. "Hablamos con el plantel y decidimos no jugar la revancha. No quisimos hacerlo porque estaba Pinochet en el gobierno. Para nosotros era peligroso viajar a Chile y le llevamos nuestra preocupación a la federación de fútbol", dijo el jugador Oleg Blokhin, estrella del fútbol soviético condecorado con el balón de oro en 1975.

Algunos críticos señalaron que la Unión Soviética no tenía nada que reprochar porque en su territorio también había campos de concentración, conocidos como "Gulag", como denunció el escritor Aleksandr Solzhenitsyn, premio Nobel de literatura en 1970.

La URSS pidió jugar el encuentro fuera de territorio chileno, solicitud negada de tajo. Así que decidieron abstenerse de jugar. La Federación de Fútbol de la Unión Soviética emitió un comunicado donde explicaban que no jugarían allí donde miles detenidos de la dictadura habían sido torturados y asesinados.

"Los deportistas soviéticos no pueden en este momento jugar en el estadio de Santiago, salpicado con la sangre de los patriotas chilenos", dijo el documento. "La Unión Soviética hace una resuelta protesta y declara que en las actuales condiciones, cuando la FIFA, obrando contra los dictados del sentido común, permite que los reaccionarios chilenos le lleven de la mano, tiene que negarse a participar en el partido de eliminación en suelo chileno y responsabiliza a la administración de la FIFA por el hecho", agregó el comunicado, difundido por la agencia UPI.

Ante la situación, y en una de las decisiones más vergonzosas de la historia del fútbol, se programó el partido sin el rival. Los chilenos salieron a la cancha y anotaron un gol ante un arco vacío. Y la FIFA aprobó en definitiva la participación chilena en el Mundial, donde a la postre no ganó ningún partido.

Cuatro décadas después, los dirigentes del fútbol mundial se empeñaron en programar un partido el 11 de septiembre, a pesar del trasfondo de la fecha. La federación chilena mantuvo a Santiago como sede, aunque por lo menos cambió el escenario: se jugará en el Estado Monumental de Colo-Colo. Y su rival ya no será la Unión Soviética, sino Colombia, tal vez su mejor aliado de la región y que por su afinidad política no pondría ningún inconveniente.

http://prensarural.org



Acompañamos al Colectivo Fútbol Rebelde y a todos los hermanos Chilenos en esta fecha...  y recordamos las palabras de Allende:  "El pueblo debe defenderse, pero no sacrificarse. El pueblo no debe dejarse arrasar ni acribillar, pero tampoco puede humillarse".


viernes, 31 de agosto de 2012

Hinchada del Rayo Vallecano protesta contra los partidos de día lunes vaciando las gradas



El partido del lunes dejó una asistencia de 7.315 espectadores al Estadio de Vallecas. El encuentro entre Rayo Vallecano y Granada no fue una excepción a lo sucedido en el resto de campos de Primera División, donde apenas se llegó al 50% de ocupación en la grada. A día de hoy, el conjunto franjirrojo cuenta con algo más de 8.300 abonados para la temporada 2012/13.


Protesta en el fondo

En el Estadio de Vallecas se pudieron ver pancartas que pedían “respeto al aficionado”. Además, el fondo de Bukaneros quedó vacío como señal de protesta al fútbol los lunes. La primera jornada de liga se extendió desde el pasado sábado a las 19:00h en Balaídos hasta pasada la medianoche del lunes en La Romareda. La protesta plantea que con este tipo de programaciones sólo se intenta favorecer el negocio televisivo, pasando por arriba incluso por los hinchas que se han abonado, ya que los días lunes son días laborales y el martes también, por lo que muchos de estos hinchas ni siquiera podrían hacer uso del abono que pagaron.


René Orozco: “Las Sociedades Anónimas están matando al fútbol”


Por Eduardo Bruna

El doctor, timonel azul durante 13 años, no se deja seducir por los títulos ni las buenas campañas internacionales de su equipo de siempre.

La satisfacción de ver arriba y ganadora a la U de toda su vida no cambia la forma de pensar del doctorRené Orozco. Mucho más allá de las alegrías, siente que el club que dirigió por 13 años ya no es lo que fue. Y le duele. Para él, “transformaron la institución en un negocio, y desde el momento en que  el deporte se transforma en un negocio, pierde su esencia. Las Sociedades Anónimas definitivamente están matando al fútbol”.

Recuerda que fue uno de los primeros, si no el primero, que se opuso a la implantación de un sistema que se ofreció como la panacea para todos los males del fútbol.

Señala: “Se lo dije en el Estadio Nacional al propio Presidente Lagos, que estaba acompañado por su secretario general de Gobierno, Heraldo Muñoz, y por Arturo Salah, en su calidad de director de Deportes. Para mí era inconcebible que los grandes grupos económicos, los ricos de este país, pretendieran también apropiarse del fútbol, como ya lo habían hecho con los servicios, la previsión, la salud y la educación. Y más inconcebible que fuera un gobierno de la Concertación, encabezado por un socialista por añadidura, quien les allanara el camino. Recuerdo que el señor Muñoz intentó una débil defensa, replicándome que los socios iban a tener el 51 por ciento de las acciones y que sólo el 49 por ciento iba a poder ser adquirido por los inversionistas. ¿Habías visto tú explicación más absurda? Ninguno de esos tipos, acostumbrados a hacer y deshacer en sus empresas, iba a meter  plata en los clubes si no podían mandar. Y así fue: cinco caballeros son, en este momento, dueños del 76 por ciento de la U”.

¿Y cómo se explica usted, doctor, la actitud de Lagos?

Es algo a lo que por más que le busco, no le encuentro explicación. Y él no puede decir que no se lo advirtieron. Porque yo recuerdo muy bien que a él le dije: Presidente, si se privatiza el fútbol, RN se va a apropiar de Colo Colo y la UDI de la U. Con el paso de los años me encontré con él, y me dijo que lamentablemente no me había escuchado como debió haberlo hecho.

Me imagino que, cuando usted se enteró de la quiebra de Colo Colo, supo que el próximo club en quebrar iba a ser la U.

Claro que lo sabía. Para implantar este sistemita, en que los ricachones se adueñaran también del fútbol, era imprescindible quebrar a las dos instituciones más poderosas y más populares. Y para lograrlo no se trepidó en quebrantar la ley. Porque lo que dice Dragicevic es verdad: como corporaciones deportivas de derecho privado, sin fines de lucro, nos podían hacer desaparecer, pero no quebrar. Y sin embargo lo hicieron. Fue una gran confabulación, en que increíblemente se echó mano a todo. A Colo Colo lo hicieron quebrar por una deuda pichiruche, que incluso Peter pagó al día siguiente sin que se levantara la quiebra, como era el compromiso de la jueza Marchant. Y a nosotros nos empezó a perseguir la Tesorería General de la República, por una supuesta deuda de siete mil millones de pesos en impuestos impagos. De la noche a la mañana se desconoció el DFL 1, de 1970, que estipulaba claramente que los clubes no retendrían el impuesto único a los jugadores por concepto de primas y premios. Empezaron a embargarnos las recaudaciones. Una vez nos retuvieron los ingresos de un Clásico y a la siguiente el embargo se llevó a cabo en las propias boleterías del estadio. Fue una guerra desatada, que no conoció límites. Ni siquiera el de la decencia”.

Usted trató de arreglar ese problema.

Por supuesto. Teníamos las causas radicadas en los Juzgados 21 y 22. Alegábamos la ilegalidad de dicho cobro y, por último, también la prescripción. Recuerdo que incluso acudí a la reunión con Marcelino Alarcón, brazo derecho de Gianni Lambertini en la Tesorería, intentando se reparara tal injusticia. Fui con mi abogada y con Fernardo Braun, el tesorero. Ahí fue donde se me ofreció la condonación de la deuda, a cambio de mi renuncia y el paso de la U a Sociedad Anónima. Recuerdo que me paré y le dije al señor Alarcón que extorsiones nunca había aceptado y que no iba a empezar a estas alturas de mi vida. El señor Alarcón, muy molesto, me dijo que no le gustaba mi lenguaje. Yo le respondí que a mí lo que no me gustaba era la extorsión.

Una gran diferencia con la condonación que ha favorecido a otras empresas, como Johnson’s, por ejemplo.

Y Johnsons es sólo una de las muchas empresas que han gozado de perdonazos increíbles e indecentes. Por esa misma época en que se ahogaba a la U recuerdo que hubo un perdonazo muchísimo, pero muchísimo mayor. Te estoy hablando de cifras realmente gigantescas. Perdonazos que, por supuesto, nunca favorecen a la gente común. Oye, si este país está convertido en algo asqueroso.

Por lo menos a usted no lo metieron a Capuchinos, como a Peter Dragicevic.

Con Dragicevic la injusticia fue tanta, que yo jamás dudé en ir a declarar en su favor. Colo Colo y la U han sido siempre rivales, pero nunca enemigos. Y por lo demás era una cuestión de ética y de humanidad. Porque si era por haber eludido impuestos, entonces todos los presidentes de clubes teníamos que caer presos. Me acuerdo que ante la jueza, me parece que de apellido Domínguez, leí el artículo 78 de la Ley 19.712 del Deporte, marco legal para dar vida a las Sociedades Anónimas, que dice: Deróganse la ley Nº 17.276 y sus normas complementarias, con excepción del decreto con fuerza de ley Nº 1, de 1970, del Ministerio de Defensa Nacional, que fijó el Estatuto de los Deportistas Profesionales y trabajadores que desempeñen actividades conexas.

¿Y para este gente, que tanto empeño puso para apropiarse del fútbol, ha valido la pena, doctor?

Oye, si el fútbol no es negocio. Nunca lo fue ni nunca lo será. A estas alturas yo creo que ellos ya se dieron cuenta. Pero como son sinvergüenzas, tratan por todos los medios de que lo sea. ¿Recuerdas tú los costos de las entradas para la final de la Sudamericana? Doscientos 50 mil pesos la entrada numerada en Tribuna Pacífico y 15 mil la galería. ¡Si 15 mil pesos es el 10 por ciento del sueldo de una persona que gana el mínimo tras los descuentos legales! Te digo más: ya hay seis o siete clubes que están quebrados. ¿Por qué se fue el entrenador de Unión Calera, el club de Sergio Jadue, presidente de la ANFP? Porque no pagaban o pagaban cuando se les ocurría. La situación es tan grave que están pidiéndole plata adelantada al Canal del Fútbol.

¿Cómo explica que Azul Azul no haya querido transferir a Johnny Herrera primero y a José Rojas, después? Muchos dicen que al menos la gente que está al frente de la U son hinchas, algo que no ocurre con quienes dirigen Colo Colo.

No, no, no… esas son leseras nomás. Lo que pasa es que encontraron que era poca plata. Si hubiera sido más, no te quepa duda de que el hinchismo y el discurso demagógico de no despotenciar el equipo habría llegado hasta ahí nomás. ¿Viste que con Ángelo Henríquez, un jugador de insospechadas proyecciones, no se procedió igual? Seguramente la idea del estadio responde a la ambición de hacer dinero en grande. Yuraszeck ya lo dijo: la U tiene 16 mil abonados y la idea es llegar a los 32 mil, que es la capacidad calculada para el recinto que planean construir. Es decir, falta muy poco para que el trabajador, el estudiante, la gente de pueblo, pueda seguir yendo al estadio a apoyar a su club, Te queda claro que un abono no lo puede cancelar cualquiera, ¿verdad? Y lo peor es que ese estadio, que seguramente lo van a arrendar para recitales y todo tipo de eventos, no será de la U, sino que de Azul-Azul. No lo digo yo: lo dijo con todas sus letras el propio Yuraszeck. Y en cuanto a Colo Colo, yo creo que se lo están llevando de a poco para la casa. No se explica que se hayan pagado los montos que se han dado a conocer por puros muertos.

¿Y si no es el fútbol un buen negocio, por qué a su juicio esta gente sigue?

Porque tampoco pierden. No los peces gordos, por lo menos. De perder van a perder otros, no ellos. Aparte, porque les da figuración. Ahí tienes tú el caso del Presidente. Es cierto: él fue el primero en este país que imaginó el fútbol como una posibilidad de negocio y ni corto ni perezoso diseñó un proyecto de Sociedades Anónimas. Todavía tengo por ahí un ejemplar que me hizo llegar. Pero también, qué duda cabe, lo vio como una forma de influir políticamente. Hincha de Universidad Católica, con asientos propios en San Carlos, no titubeó en hacerse colocolino para la última elección presidencial, y no faltaron los tontitos que le creyeron. Así como antes se mostró como hincha de Wanderers, y para hacerse el simpático con los porteños no titubeó en ternear al loro con un nuevo traje.

En los dirigentes actuales ya no hay pasión.

¿Pasión? ¡Si esta gente no sabe de eso…! La única pasión que tienen es por el dinero. La pasión futbolística es algo genuino. Se siente o no se siente. No se compra en el mall ni en el supermercado. Uno durante su vida puede cambiar de señora, de barrio, de religión y hasta de partido político, pero nunca va a cambiar su pasión por determinados colores. De eso sólo pueden ser capaces los movidos por simple codicia o por conveniencia política. Es decir, sólo los frescos y los caraduras.

viernes, 13 de julio de 2012

El capitalismo y el hincha nuevo

Hay un nuevo hincha en la Argentina*. Si bien la cultura del aguante ha crecido en el último tiempo, en paralelo se ha desarrollado un hincha-consumidor. Este hincha va a la cancha como va a un Mc Donalds a exigir resultados y, si no le traen la hamburguesa en 5 minutos, empieza a putear a los jugadores y a romper la cancha. Se habla todo el tiempo de pasión, de incondicionalidad pero no se tolera una derrota.

La demagogia periodística lo justifica diciendo que “el pobre tipo que sufre toda la semana…” tiene derecho a insultar y romper todo. En la B, hubo 4 equipos que se distanciaron del resto haciendo excelentes campañas. Pero salvo Quilmes, creo, los otros 3 debieron soportar puteadas, agresiones y la vieja “La camiseta de X se tiene que transpirar…” devenida en la nefasta “Jugadores, la concha de su madre…”. Eso es pasión? O es el fútbol otro objeto de consumo más y el hincha un consumidor esclavo de los resultados?**

* Y también en Chile, Colombia, Perú, etc.
**Según versiones no chequeadas, el fútbol se habría convertido en un negocio (?)

Por: www.futbolrebelde.org
 

Battaglia...


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Diablo!!


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lunes, 9 de julio de 2012

Comentario Abierto sobre el América 2012

Escuchando hoy el programa de jaimedinas.com se dio lectura a un COMENTARIO ABIERTO SOBRE EL AMÉRICA 2012, donde este periodista deportivo desea dar a conocer su análisis sobre el América, acá les dejamos para quienes no tuvieron la oportunidad de escucharlo:

" En la doble confrontación América-Unión Magdalena con la que se definía el líder del primer semestre de la categoría B rn territorio colombiano, me hice a la idea, incluso la definición desde el punto blanco, que al final favoreció a los escarlatas, derrumbando aquel ingrato y frustrante recuerdo del Descenso ante Patriotas en diciembre del año anterior, me ratifico un concepto u opinión que rondaba por mi cabeza hasta sacudir mi tranquilidad, pese a que no quería por nada del mundo, pertúrbale la felicidad, la excitación y el fervor a una aflicción que desde aquel fatídico diciembre de 2011 vive sufriendo, pero los acontecimientos de este fin de semana me obligan a decirlo de manera categórica: América no está en la B, sino que simplemente los “diablos rojos” son un equipo de B y todo porque cuenta con DIRIGENTES de poca categoría, de poca monta, visiblemente son un grupo de incompetentes, cuyo interés particular por ser reconocidos en una comunidad en la que simplemente eran unos NN y que aprovechando la pasión y popularidad del 13 veces campeón del balompié colombiano, quieren “enriquecerse” a costillas de la afición, pues resulta ilógico y contradictorio que después de más de $1.000 millones en taquilla por 90 minutos, determinen bajarle el salario a los jugadores más sobresalientes y representativos de la institución, en vez de hacer gestión para conseguir los recursos con los que el equipo tiene que salir adelante.

Los “miserables” de Óscar Gallego, Edgar Navia y compañía, le están quitando al América lo poquito o nada que le queda.
Maldito el día en el que Gallego y Navia llegaron a los “escarlatas” para estancarlo y deteriorarlo, única y exclusivamente por que tienen como propósito “engordar” sus cuentas o cuentos, con los que están enredando y descuartizando la nomina escarlata.

Pero más triste, lamentable y pueril, por no decir que canalla, fue la posición asumida por el técnico Eduardo Lara Lozano, que en vez de respaldar a su plantel para evitar que estos “farsantes” mal denominados dirigentes, quienes sencillamente son unos “paracaidistas”, quienes vulneraron y atropellaron lo pactado mediante contratos ya establecidos. Eduardo Lara solo pensó en los $100 millones mensuales que devenga él y todo su cuerpo técnico, haciendo caso omiso a esta patanería dirigencial, avalando la salida de Julián Viafara, quien con sus atajadas evito junto a sus compañeros la derrota ante el Magdalena en Cali y prefirió respaldar a sus arqueros Libis Arenas y Andrés Mosquera, porque sabe que colocándolos a ellos, aumenta su cotización y con ello el porcentaje de actuación deportiva que le corresponde.

Canallada es el adjetivo con el que se tiene que definir esta determinación administrativa del América, que al parecer con Óscar Gallego y Edgar Navia ha regresado a la era de confusión que genero hace escasos cuatro años la presencia de Juan Miguel Rodríguez, hijo del confeso y extraditado narcotraficante Miguel Rodríguez, quien debió salir corriendo antes de acabar con un equipo que no es ni de Gallego, ni mucho menos de Navia, es de un grupo de aportantes, quienes lamentablemente son representados por un “grupillo” de indeseables que lo quieren en la B y no en la A, pues eso les representa más dinero y menos gastos y quiero recordarles a estos mediocres, que aún faltan 180 minutos para Ascender y nada está garantizado y para ello antes de dividir el plantel, hay que unirlo.

Que pensaran desde las cárceles estadounidenses los Rodríguez Orejuela, que por lo menos con su dinero mal habido, producto del tráfico de estupefacientes, por lo menos le dieron gloria y grandeza a un “diablo” que trece veces dejó el infierno, para ascender a la cima y adueñarse de 13 estrellas, pero que siempre respetaron lo pactado y no como estos embaucadores que ni siquiera palabra tienen."

Por: Jaime Dinas 









¿Opioniones? ¿Reflexiones?

domingo, 8 de julio de 2012

Y a los barras que se los lleve el diablo…

Les dejamos esta nota para que los barristas e hinchas en general reflexionemos sobre el papel que nos han asignado los "dueños" del fútbol colombiano. No podemos seguir haciendo el papel de "idiotas útiles", como fanáticos del fútbol debemos exigir respeto y garantías.

Se llamaba Juan Fernando Rodríguez, tenía 26 años, era hincha de Nacional y lo degollaron con 15 puñaladas el sábado pasado en un hostal cercano al Rimac, Perú, en un caso en el que las autoridades peruanas detuvieron a una pareja colombiana y aún no aclaran la razón del asesinato.

Juan Fernando vivía en Kennedy, al sur de Bogotá, y pertenecía a Nación Verdolaga, la escisión en Bogotá y otras ciudades del interior del país de Los del Sur, otrora la barra brava más organizada del país, que por luchas internas por poder y regionalismo ahora tiene una serie de células que se enfrentan unas con otras.

Él, como otros integrantes de Nación Vardolaga, Los del Sur y otras barras del verde, viajó hasta Buenos Aires hace unos meses para ver jugar a su Atlético Nacional frente a Vélez Sarsfield y decidió quedarse conociendo el sur del continente, una posibilidad que sólo pudo tener por estar precisamente en una barra. De regreso a Colombia pasó por Lima y ahí, en un hostal, fue asesinado vilmente.

Hoy su abuelo, su único familiar, no sabe cómo hacer para traer su cadáver desde Lima pues no tiene el dinero para hacerlo, y la barra a la que le dedicó casi toda su vida hace colectas para ayudarle mientras espera que se solucione un caso del que no se obtendrá mayor justicia.

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Tiene 24 años y su nombre no se los puedo decir por su solicitud. Es un integrante de Rexixtenxia Norte, la barra brava del Medellín y, como casi todos los hinchas del Poderoso, está aburrido de lo que pasa con su equipo que el próximo año cumple 100 de fundado y hoy se encuentra con el fantasma del descenso a cuestas.

Recuerda con algo de frialdad a los tres “compañeros” que murieron por ir en un camión hacia Neiva acompañando al equipo en febrero pasado y dice que ellos, como otros más cercanos que murieron en enfrentamientos con otras barras, “alientan desde el cielo”. Me recrimina porque los periodistas sólo le paramos bolas a los muertos de la barra cuando hay accidentes como el del camión, y pienso en el caso de Juan Fernando.

Trato de generar una confianza que no me da, pero le suelto unos datos oscuros que me han contado sobre el manejo dirigencial en el Medellín. Me da su versión (todos tienen una), abre la puerta a la conversación y le pregunto por qué si hubo un movimiento de hinchas exigiendo la salida del expresidente Osorio Ciro y la democratización del club (los de #DIMdelPueblo y Te quiero rojo), la Rexixtenxia nunca tuvo una voz clara al respecto. Calla…

Seguimos hablando de los muertos de la barra, los que “alientan desde el cielo”, me cuenta un par de historias lúgubres de violencia en los barrios periféricos de Medellín y de pronto me suelta una bomba: “El Mono tiene amenazados a los capos”. Le pregunto quién es ese “Mono” y me dice que es una ficha de Douglas…

Alias ‘Douglas’, más conocido como José Leonardo Muñoz, fue capturado el 15 de abril de 2009. Era uno de los jefes de la “Oficina de Envigado”, una de las organizaciones criminales más temibles del país, y esta es la hora en que su vinculación con el DIM sigue siendo un misterio pues no aparece en un solo papel. Sin embargo, acá lo puede ver en un video en el palco del estadio de Tunja viendo un Boyacá Chicó vs. Medellín del 2009 y, según el barrista con el que hablé, sus secuaces tienen amenazados a los líderes de la Rexixtenxia para que nunca se revelen contra la institucionalidad del Poderoso.

Por cierto, el DIM, que la semana pasada estaba en quiebra mientras su nuevo presidente anunciaba deudas por $18.000 millones, esta semana lleva ya cuatro refuerzos importantes. El equipo no fue vendido, pero la gestión de Julio Roberto Gómez parece que traerá nuevos patrocinadores. El caso es que, a pesar de las deudas y la crisis, de nuevo hay plata… al barra de la Rexixtenxia que me habla poco le importa el origen de los dineros: “nosotros alentamos en las buenas o en las malas”, me dice.

Parece que las amenazas de un narcoparamilitar son lo de menos cuando te traen jugadores.

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Seguramente el video ya lo vio. Un grupo de hinchas de Santa Fe iba en sus buses rumbo a Itagüí para ver el juego frente a las ‘Águilas doradas’, y en el retén de Guarne pasaron cosas extrañas: la Policía se metió a los buses cuando los acuerdos entre barras y la “autoridad” hablan de que para las requisas se tienen que bajar los viajeros y ahí sí los agentes pueden entrar al vehículo. “La ley” fue agresiva con hombres y mujeres como se ve en el clip de abajo y luego, para rematar, antes de entrar al estadio le destruyó tambores, bombos y banderas a unos hinchas a los que no se les encontró nada.

“¿Cómo quieren evitar la violencia con violencia?”, me escribió en Twitter una seguidora cardenal… y algo tiene de razón. Acá va el video:

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Tres historias de tres barras diferentes pero con un denominador común: violencia y desinterés general. Claro, no son peritas en dulce, suelen ser generadores de violencia y controlarlos fuera del estadio es prácticamente imposible, pero cuando uno se toma el tiempo de hablar o de mirar lo que pasa en una barra brava se encuentra con verdades tan crudas como el “yo nunca tuve papá, mi papá es la barra”, que me dijo un integrante de Comandos no hace mucho en un taller de literatura y fútbol organizado por Idartes en Bogotá.

Son jóvenes, la mayoría son muy pobres, con poca educación y se saben tan poco importantes para la sociedad colombiana (que sólo los ve cuando generan malas noticias), que asumen constantes posiciones de absoluto menosprecio por la vida. A fin de cuentas, ellos saben que a para la gran mayoría de nosotros el lema parece ser que a los barras se los lleve el diablo y no puede ser así: el problema es de todos, de las autoridades locales, de los clubes que los tienen como respaldo, de los medios que los satanizamos y del entorno mismo en el que un joven de 15 años el único respaldo que encuentra en la vida es unirse a un grupo para odiar a otro.

No tengo respuestas ni soluciones para el cambio, pero algo hay que hacer. Lo primero, creo, es plantearlo.


Tomado de: http://blogs.golcaracol.com/gotasdeveneno/2012/07/05/y-a-los-barras-que-se-los-lleve-el-diablo/